El Consejo de ministros ha aprobado recientemente el Plan Nacional contra el Radón con el propósito de salvaguardar la salud de la población en general, y especialmente de los trabajadores, frente a los riesgos de la exposición a este elemento químico en forma gaseosa.

Dado que el radón ha sido catalogado como un carcinógeno humano de categoría 1, y considerando que un porcentaje considerable de las edificaciones existentes presenta niveles elevados de este gas, la exposición al radón se identifica como un problema relevante para la salud pública.

El radón se forma por la desintegración del radio (Ra-226), presente en rocas y suelos. Este gas se desplaza desde el subsuelo hasta el aire interior de edificios, donde tiende a acumularse, a través de grietas en los suelos y paredes, espacios alrededor de las tuberías o cables o pequeños poros en las paredes.

Las viviendas antiguas o aquellas con deficiencias constructivas tienen más posibilidades de presentar niveles altos de radón en su interior, debido generalmente a un peor aislamiento del terreno. Sin embargo, es posible prevenir o reducir esta acumulación mediante diversas soluciones constructivas.

El Plan Nacional contra el Radón incluye las estrategias y actividades a desarrollar por las diversas administraciones públicas, con el objetivo de disminuir el riesgo para la salud de la población debido a la exposición al radón.

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Gestión, diseño y construcción