Los Certificados de Eficiencia Energética y su papel en la transición hacia edificios de bajas emisiones
Abril 2025

Imagen generada con AI-Chatgtp
Los Certificados de Eficiencia Energética son clave para mejorar la eficiencia de los edificios, pero su fiabilidad y armonización siguen siendo un desafío. Con ambiciosos objetivos medioambientales en juego, Europa se apresura a desbloquear todo su potencial y asegurar que impulsen un cambio real. En este contexto, el proyecto europeo iEPB, coordinado por el Instituto Valenciano de la Edificación, busca mejorar la utilidad de los EPC integrándolos con otros instrumentos como el Indicador de Preparación Inteligente (SRI) y el Pasaporte de Renovación del Edificio, mediante un modelo de datos común y una aplicación web. Esta iniciativa pretende hacer más accesible, coherente y eficiente la evaluación energética, facilitando decisiones informadas para la renovación del parque edificatorio europeo.
En Europa, los edificios por sí solos representan el 40 % del consumo total de energía y más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a la producción de energía. “Aproximadamente el 75 % del parque edificatorio europeo es energéticamente ineficiente”, explica Rémi Collombet, jefe de Política de la UE de Efficient Buildings Europe, la principal asociación del sector dedicada a fomentar la eficiencia energética en los edificios europeos. “Es una cifra enorme, especialmente si tenemos en cuenta nuestro objetivo de neutralidad climática para 2050 y el hecho de que el 85 % de los edificios que existen hoy en día seguirán en pie en 2050”. Además, si observamos de dónde proviene la energía que utilizan, vemos que los combustibles fósiles suministran el 80 %. “Si miramos la hoja de ruta hacia la neutralidad climática, tenemos 25 años para actuar. Es muy poco tiempo, durante el cual deberemos centrarnos intensamente en el sector de la edificación. Así que, si hablamos en serio sobre la acción climática, tenemos que abordar este sector”, exhorta.
Según algunas estimaciones, los edificios con mejor rendimiento energético pueden ver incrementado su valor de mercado hasta en un 15 %. Sin embargo, una encuesta reciente de la ONG con sede en Bruselas International Union of Property Owners (UIPI) confirma que esto todavía no es un factor determinante para acometer reformas, ya que los propietarios-ocupantes siguen motivados principalmente por el “mantenimiento”, la “conservación de la propiedad”, la “mejora del confort” y la “reducción de gastos mensuales”. “En toda Europa, la conciencia sobre la eficiencia energética está creciendo, y los inquilinos empiezan a demandarla, pero todavía no es algo sistemático. Su valor añadido en alquiler y venta depende del mercado local, y como el mercado está impulsado por la demanda, las inversiones le siguen”, explica Emmanuelle Causse, secretaria general de UIPI. Esto puede cambiar debido a las olas de calor, pero hasta ahora hay diferencias entre zonas climáticas, y el interés sigue siendo menor en los países del sur, añade.
Con el reloj climático en marcha y los objetivos ambientales cada vez más cerca, una prioridad europea actual es incentivar a los propietarios a renovar sus edificios. Fomentar la participación desde abajo y la información es uno de los objetivos de los llamados Certificados de Eficiencia Energética (EPC, por sus siglas en inglés). “Miden el rendimiento energético de los edificios, al igual que las etiquetas que encuentras en las tiendas miden la eficiencia energética de las lavadoras. Para emitirlos, un técnico visita el lugar para evaluar parámetros como el aislamiento y los sistemas de calefacción y refrigeración, introduce todos estos datos en un software, y el edificio recibe una calificación de la A (energéticamente eficiente) a la G (ineficiente). Esta calificación, que se traduce en una etiqueta, va acompañada de un informe que resume todas las evaluaciones realizadas y proporciona recomendaciones para mejorar el rendimiento del edificio”, explica Eva Segarra, arquitecta doctora e investigadora del Instituto Valenciano de la Edificación (IVE), y coordinadora del proyecto europeo iEPB, destinado a superar las deficiencias actuales en el diseño, implementación y sincronización de los EPC con otros instrumentos de certificación.
De hecho, los EPC siguen sufriendo una cobertura limitada y una falta de armonización entre países europeos, lo que socava su aceptación por parte de inquilinos y propietarios, y reduce su efectividad para los responsables políticos. “En este momento, en algunos países hay variabilidad en los resultados proporcionados por diferentes certificadores. Esta inconsistencia debe abordarse para ganarse la confianza de la gente, especialmente ahora que los EPC influyen cada vez más en los precios de las propiedades y en los requisitos a nivel nacional”, señala Collombet. La necesidad urgente de recuperar la confianza en esta herramienta se confirma con los resultados de una encuesta de UIPI, que preguntó a propietarios si consideraban fiables estos certificados: el 40 % respondió que “no”, alegando que ofrecen una evaluación limitada que no contempla todos los aspectos técnicos del edificio. Dos de cada cinco no expresaron opinión y solo uno de cada cinco los valoró positivamente. “Según el Estado miembro, hay discrepancias en las evaluaciones, así como diferencias en la metodología y la capacitación de los evaluadores, lo que genera inconsistencias en las calificaciones y una confianza limitada por parte de los propietarios y otros actores”, coincide Causse.
Por ello, el proyecto iEPB también busca mejorar la sincronización entre los EPC y otros instrumentos de certificación, como el Indicador de Preparación Inteligente (Smart Readiness Indicator) y el Pasaporte de Renovación del Edificio (Building Renovation Passport). “Esta falta de integración hace que el proceso de evaluación sea extremadamente costoso, lento y confuso tanto para los profesionales como para los propietarios”, explica Lucas Segarra. “Por eso, nuestra idea es contrarrestar esta complejidad creando lo que llamamos el ‘esquema iEPB’, un modelo de datos común que facilite todas estas evaluaciones, haciéndolas más baratas, rápidas y fiables. Utilizar datos comunes para todas las evaluaciones simplificaría la recolección, intercambio e integración de datos, permitiendo no solo ahorrar tiempo y dinero, sino también hacerlas más coherentes y reducir el riesgo de errores.” Para hacer este modelo de datos accesible a operarios, ciudadanos y propietarios, Segarra y su equipo también están desarrollando una aplicación web. “Integra los EPC, el Indicador de Preparación Inteligente, los Pasaportes de Renovación del Edificio y cualquier otra futura evaluación de edificios en un mismo sistema digital”, explica. “Esta aplicación web tiene dos interfaces: una para guiar a los profesionales en la recolección de datos de forma intuitiva, y otra que ofrece al usuario final información clara, permitiéndole seguir el historial energético de su edificio y evaluar los resultados de las reformas accediendo a diferentes versiones del mismo certificado a lo largo del tiempo”.
Entre los esfuerzos por dotar a los Estados miembros de EPC más fiables y precisos, también se ha subrayado recientemente, en la versión revisada de la Directiva sobre el Rendimiento Energético de los Edificios (EPBD) —adoptada el pasado abril—, la necesidad de una base de datos común que reúna información de todo el parque edificatorio europeo. Entre sus objetivos: cero emisiones de combustibles fósiles in situ para todos los edificios públicos en 2028 y la renovación del 26 % de los edificios no residenciales con peor rendimiento para 2033. “Los objetivos son muy ambiciosos, y no estoy segura de que vayan a poder cumplirse. Los hogares y los propietarios individuales no se oponen, pero necesitan apoyo. También queda mucho por hacer en términos de concienciación para ayudarles a entender los beneficios de la rehabilitación”, comenta Causse. “La EPBD incluye diferentes disposiciones sobre estándares para edificios nuevos, requisitos de renovación, mejoras del marco de los EPC y actualizaciones de los sistemas técnicos de los edificios”, añade Collombet. “Así que ofrece un marco habilitador completo, pero el reto ahora es asegurarse de que realmente se consigan resultados. Es estupendo tener objetivos, pero aún más importante es tener los medios para lograrlos.”
De ahí su llamamiento a los actores del sector para que actúen y colaboren con los gobiernos nacionales sin demora: “En 2025, los Estados miembros tendrán una oportunidad significativa para diseñar sus Planes Nacionales de Renovación de Edificios, que son hojas de ruta desde ahora hasta 2050 para descarbonizar y rehabilitar el parque edificatorio. Estos planes deben diseñarse en consulta con todas las partes interesadas a nivel nacional. Así que este es el momento para dialogar y asegurar la alineación sobre los objetivos y cómo alcanzarlos.”
Además, las preocupaciones por los precios del gas, agravadas por las crecientes tensiones geopolíticas, sirven como recordatorio de que actualmente 48 millones de europeos viven en situación de pobreza energética. “Esto no es solo una cuestión de ineficiencia energética y cambio climático, sino también de salud pública y, en gran medida, un problema social, ya que los hogares vulnerables suelen vivir en los edificios con peor rendimiento”, concluye Collombet. “Abordar la eficiencia energética de nuestros edificios también significa mejorar la vida de quienes más lo necesitan.”
Fuente: web proyecto iEPB https://iepb-project.eu/articles/unlocking-the-potential-of-energy-performance-certificates-a-key-to-greener-buildings/